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4,23a Recorría Jesús toda la Galilea A | 4,23a Recorría Jesús toda la Galilea A | |||||||
Análisis
Doctrinal
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Cf. Mt.4,17
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invadida por la envidia, pueda dar cabida en sí a las virtudes. Resulta casi imposible remediar un alma poseída por la envidia» , y San Basilio dice que «la envidia es el más feroz descendiente del odio. Pues los beneficios vuelven dóciles y mansos a aquellos a quienes, por otra parte, hemos ofendido; pero los beneficios que se otorgan y dan al envidioso y maligno, le irritan más aún... Huyamos, pues, hermanos, de esta terrible enfermedad, que nos impulsa a hacer guerra a Dios, que es la madre del homicidio, la ruina y trastorno de la naturaleza, el olvido de los vínculos de la naturaleza y la molestia más absurda. Si nada grave te ha acontecido, ¿por qué te afliges? ¿Porque haces la guerra al que disfruta de algunos bienes y no amenaza a los tuyos?» . Jesús llega a Galilea predicando un mensaje lleno de esperanza, la llegada del Reino de Dios, pidiendo un cambio de actitud interior, la conversión del corazón y reorientando la vida en Dios, todos los cristianos debemos interiorizar la Palabra de Dios. Unos proclamando el Evangelio del Reino y otros atendiendo su mensaje. Dice San Josemaría: «La predicación, la predicación de Cristo "Crucificado", es la palabra de Dios. Los sacerdotes han de prepararse lo mejor que puedan, antes de ejercer tan divino ministerio, buscando la salvación de las almas. Los seglares han de escuchar con respeto especialísimo» [5]. Pero: ¿Cómo un hombre que ha sido pecador puede predicar a Dios?: «Cuando los donatistas, en el siglo V, organizaban sus ataques contra los católicos, defendían la imposibilidad de que el obispo de Hipona, Agustín profesase la verdad porque había sido un gran pecador. Y San Agustín sugería a sus hermanos en la fe, como habían de replicar: “Agustín es obispo en la Iglesia católica; él lleva su carga, de la que ha de dar cuenta a Dios. Lo conocí entre los buenos. Si es malo, él lo sabe; si es bueno ni siquiera en él he depositado mi esperanza. Porque lo primero que he aprendido es a no poner la esperanza en un hombre” [6]. No hacemos nuestro apostolado... Los errores son nuestros; los frutos del Señor» [7].......(sigue) [3]
Cf. San
Jerónimo. Comentario Ev. de Marcos. Homilía 2 BAC 593. Pág. 847 |
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